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Starshot: El Ambicioso Viaje a las Estrellas
De la Visión al Desafío: El Proyecto que Busca Llegar a Proxima B en 20 Años
¿QUÉ PASÓ CON EL VIAJE A PROXIMA B?

Aquella noche de primavera en el año 2016, se realizó el lanzamiento de uno de los proyectos más fascinantes de la exploración del universo por el ser humano. La iniciativa del primer viaje interestelar, el disparo a las estrellas, o Starshot en inglés.
Un proyecto financiado por el multimillonario ruso israelí, afincado en los Estados Unidos Yuri Milner respaldado por las más brillantes mentes del planeta. Diseñado por un equipo liderado por el decano de la Facultad de astronomía de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, y con el respaldo del astrofísico británico Stephen Hawking, que aun vivía.
El escenario del lanzamiento
No era un lugar cualquiera. La ceremonia de presentación se realizó en el último piso de One World Trade Center de Nueva York, el edificio que se construyó sobre los cimientos de las Torres gemelas, derribadas por fanáticos religiosos 15 años antes.
Y no era una noche cualquiera. Era el 12 de abril. La noche que los fanáticos del espacio recordamos todos los años como la noche de Yuri, el aniversario de la primera vez que un ser humano, Yuri Gagarin, fue lanzado al espacio exterior.
El ambicioso proyecto
Con todo este despliegue de símbolos, personajes de prestigio y relaciones públicas, se anunció al mundo un proyecto para enviar una nave espacial capaz de:
Alcanzar un 20% de la velocidad de la luz
Llegar en apenas 40 años hasta el sistema de la Estrella Próxima Centauri
Visitar de cerca el planeta Próxima B descubierto hace poco
Enviar fotos a la Tierra, que llegarían en 4 años
Se anunciaba una tecnología capaz de tomar fotos cercanas de un planeta en otra estrella, y enviarlas a la Tierra, todo en ello en el curso de unos 24 años, es decir, durante el tiempo de vida de la mayoría de los seres humanos del planeta.
Las palabras de Stephen Hawking
Stephen Hawking afirmaba aquella noche, que lo que hace únicos a los seres humanos es su capacidad para trascender los límites, con el sonido inconfundible del sintetizador con el que hablaba.
Como superamos los límites? Con nuestras mentes y nuestras máquinas. Y podemos hacerlo de nuevo con estas naves a vela se impulsan con rayos de luz, que serán las naves más ligeras jamás construidas. Podemos enviar una misión como ésta a Alfa Centauri, nos comprometemos a dar este nuevo paso para la humanidad dentro del cosmos, porque somos humanos, y volar es nuestra naturaleza.

Cuando hablaba de las naves espaciales impulsadas por velas, se refería al método elegido por el equipo de Harvard para hacer el viaje. La idea es crear una nave:
Extremadamente pequeña y ligera
Con un peso de tan solo 1 gramo
Tan pequeña como una moneda de una pulgada (unos 2 centímetros y medio)
Cargada con una microcámara de fotos y con una micro antena de comunicación
En el centro de una gran vela fabricada con polímeros ultraligeros, de 4 metros a cada lado
Diseñada para impulsar la nave con fotones de luz
El principio de funcionamiento
La idea es simple y es viable. La luz está compuesta por unas ondas partículas llamadas fotones, que no tienen masa, pero que cuando impactan en un objeto le imprimen un pequeñísimo impulso. La vela de la nave será como un espejo, que rebotará los fotones de regreso al espacio, pero se quedará con el impulso obtenido.
El sistema de propulsión
Los promotores del proyecto aseguran que para impulsar una nave como ésta, se puede construir en Tierra una red de proyectores de rayos laser de gran energía, enfocados con gran precisión hacia la pequeña nave Starshot, con un flujo constante de fotones durante años, que permitirán aumentar y aumentar la velocidad, hasta llegar a un 20% de la velocidad de la luz.
Avi Loeb asegura que la potencia del laser debería ser de unos 100 gigavatios de potencia.
Costos y escalabilidad
Lo caro de este proyecto es la construcción de la planta de energía. Las naves en sí son baratas, con un costo de pocos miles de dólares cada una. Una vez construida la cadena de emisores de fotones, se pueden enviar cientos, miles de pequeñas naves a diferentes lugares de nuestro universo cercano.
¿Verdad que suena todo muy bien?
El progreso después de seis años
Han pasado ya más de seis años de esta presentación, la pandemia llegó y se fue, y después de una puesta en escena tan formidable, muchos se preguntan qué ha pasado con el proyecto. La respuesta es, investigación y más investigación, a cargo de equipos de diferentes ramas de la ciencia que se están gastando los 100 millones de dólares donados por Yuri Milner, coordinados por Peter Worden, un antiguo director de un centro de investigación de la NASA.
Desafíos y avances
Los jefes de equipo reconocen haber encontrado un total de 24 problemas que resolver para que el proyecto sea una realidad. El primero tiene que ver con la rigidez de las velas que impulsarán las naves. Hasta la fecha se trabajaba con un modelo de velas fijas, probadas con éxito en el año 2010 en una nave llamada Ikaros, de la Agencia Espacial Japonesa JAXA, que consiguió llegar al planeta Venus en 5 meses usando el impulso de los fotones del sol.
Nuevas propuestas
Universidad de Pennsilvania: Un equipo aseguró el pasado mes de marzo que las velas rígidas tienen tendencia a romperse, y es mejor diseñar velas que se puedan inflar, como las velas de los barcos lo hacen con el aire, y que puedan disipar el calor que se pueda acumular en su interior con un estampado a nivel nanoscópico que permita reflejar el calor hacia afuera.
Universidad de California en los Angeles (UCLA): Hace apenas un mes, otro equipo de ingenieros ha diseñado un material para las velas 1000 veces más fino que una hoja de papel de periódico, con una textura rugosa, que puede hacer el trabajo con eficacia.
El desafío principal
El problema principal que los científicos deben resolver sin embargo, es la construcción de una mega planta de energía laser de 1000 gigawats de potencia capaz de lanzar al espacio decenas de rayos de luz de forma combinada y estable.
Una preocupación ética
Y en este sentido ha surgido un problema que no tiene que ver con la ciencia. Si se logra una tecnología con un poder de energía como éste, quien garantiza que no será utilizada para fines militares en el futuro.
Conclusión
Buscando el modo de llegar a otro sistema solar, quizá estemos inventando otra máquina capaz de destruir la vida en la Tierra.
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