La Foto Prodigiosa de Utopia Planitia, de la Sonda Viking 2

Cómo una foto de otro mundo compensó la decepción de no encontrar vida en Marte.

No sé cuántas veces me habré quedado contemplando la increíble fotografía de Marte, enviada por la sonda Viking 2 en 1976. Tenía 14 años en 1985, cuando me regalaron el fabuloso libro Cosmos de Carl Sagan, que ya iba por la octava edición en castellano, y allí, en la página 131 estaba, (y sigue estando porque aún conservo el libro) la foto en tonos amarillentos de la superficie de otro mundo.

Todo era fascinante: el épico viaje, el páramo desolado y seco, y hasta el nombre del lugar en latín, Utopia Planitia. Yo fui uno más de los miles que quedaron enganchados a la exploración espacial conociendo los detalles de aquella aventura.

El sueño de encontrar vida

Todo comenzó con el sueño de Jerry Soffen, un biólogo optimista que lideró el equipo científico de la misión Viking en 1976. Soffen era alto y delgado, con un aura de científico pícaro que disfrutaba enormemente de su trabajo. Con su frente despejada y su característica barba de chivo, hablaba rápido y mostraba una gran seguridad en sí mismo, reflejo de su vasta experiencia en el campo.

El Dr. Gerald (Jerry) Soffen trabajando en el laboratorio JPL Foto: JPL/NASA

En un momento en que la NASA buscaba reavivar el interés público tras el programa Apolo, la búsqueda de vida en Marte parecía la aventura perfecta. Soffen era consciente de que encontrar vida fuera de la Tierra sería la noticia más grande de la historia humana, y él estaría en el centro de ese descubrimiento.

Sin embargo, Soffen mantenía los pies en la tierra. En una entrevista televisiva en 1975, afirmó: "El propósito de esta misión es aumentar nuestro conocimiento. Cualquier científico se queda indefenso si no tiene datos, y para el caso de Marte, no tenemos cifras concretas, no hay resultados. Tenemos que ir a Marte, excavar el suelo, y analizarlo."

Una misión sin precedentes

La misión Viking fue un hito en la exploración espacial, diseñada con una redundancia sin precedentes:

- Dos lanzamientos separados por dos meses en el verano de 1975

- Dos satélites orbitando Marte

- Dos robots exploradores destinados a posarse suavemente sobre la superficie del planeta rojo

Esta redundancia fue clave para su éxito, especialmente después del fracaso de la misión soviética Mars 3 en 1971, que sucumbió a una inmensa tormenta de arena marciana.

La misión Viking no solo buscaba vida; también tenía como objetivo estudiar la geología y meteorología de Marte. Los científicos sabían que, incluso si no encontraban vida, la misión aún podría considerarse un éxito si lograba desentrañar los misterios del clima marciano.

Modelo de la sonda Viking 2, que tiene metros de diámetro. Foto: NASA

Innovación en la exploración espacial

La misión Viking introdujo una estrategia adaptativa revolucionaria, superando la era de las misiones preprogramadas. Por primera vez, las decisiones podían tomarse de acuerdo con el contexto, una flexibilidad crucial para el éxito de la misión.

Un ejemplo destacado de esta estrategia fue la selección de los sitios de aterrizaje. Los ingenieros en la Tierra posicionaron los satélites en órbita alrededor de Marte a una altura mínima de 1,500 kilómetros durante semanas, tomando fotos con una resolución de 80 metros. El objetivo era encontrar lugares no demasiado rocosos ni accidentados, evitando también las arenas finas donde los robots podrían hundirse.

El aterrizaje que cambió la historia

El 20 de julio de 1976, el Viking 1 aterrizó suavemente en Marte, marcando un hito en la exploración espacial. La tensión en la sala de control del JPL era palpable mientras las primeras imágenes comenzaban a llegar, línea por línea, en los monitores en blanco y negro.

Las primeras fotos causaron sensación. Algunos creyeron ver manchas que podrían ser vegetación, pero a medida que llegaban imágenes más nítidas, se hizo evidente que no había plantas ni insectos visibles. La emoción inicial dio paso a una apreciación más profunda: por primera vez, teníamos imágenes detalladas de la superficie de otro planeta.

Animados por el éxito del Viking 1, los científicos decidieron ser más audaces con el Viking 2. El 3 de septiembre de 1976, el segundo módulo aterrizó en una zona más arriesgada llamada Utopia Planitia, un lugar donde se creía que podía haber agua líquida.

La imagen que cautivó al mundo

Fue el Viking 2 el que nos regaló esa imagen icónica que muchos recordamos: un paisaje marciano en detalle y a todo color. La foto mostraba un suelo arenoso color ocre, con rocas desérticas bajo la radiación solar, y el horizonte en la distancia. Utopia Planitia dejó de ser un nombre en un mapa para convertirse en un lugar real, un nuevo hito en la exploración humana.

Esta imagen representaba el culminación de 7 milenios de observación astronómica de Marte y avance tecnológico acumulado. Por primera vez, la humanidad podía contemplar el paisaje de otro mundo como si estuviera allí.

Foto de Marte desde la sonda Al-Amal, que analiza el clima del planeta. Foto: Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos.

El legado

Aunque no se encontró evidencia concluyente de vida, la misión Viking sentó las bases para nuestra comprensión actual de Marte:

- Reveló la geología marciana en detalle sin precedentes

- Nos enseñó sobre su clima y las dinámicas atmosféricas del planeta

- Proporcionó datos invaluables sobre la composición del suelo marciano

- Inspiró a generaciones de científicos y exploradores a seguir investigando el planeta rojo

Las dos pilas atómicas RTG del Viking 2 funcionaron durante casi cuatro años, tiempo durante el cual la foto inicial se complementó con millones de datos sobre la realidad de Marte. Estos datos han sido fundamentales para planificar y ejecutar las misiones posteriores que todos conocemos.

Un monumento en otro mundo

En 1980, cuando se agotó la energía del robot, el Viking 2 quedó en silencio en Utopia Planitia, convirtiéndose en un monumento silencioso a la audacia y el ingenio humano. Hoy, el lugar de aterrizaje es conocido como el Memorial Dr. Jerry Soffen, designado por la NASA como un futuro atractivo turístico para los viajeros marcianos.

La sonda Viking2 en la superficie de Marte, localizada por el satélite Mars Reconaissance Orbiter en noviembre del 2006 - Foto: NASA

Para más información, escucha el episodio 224 del podcast “El Sueño de Laika” en Spotify y otras plataformas.

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